¿Qué es el vino? Es una interrogante que hago en estos momentos para poder entender el significado de una bebida ancestral. De esas que por siglos ha sido el protagonista de los mejores banquetes del mundo. Que en cada episodio de nuestra historia se vuelve un fruto de incomparables sensaciones, dirigido por su fino aroma.
Cautiva a todos los sentido y refleja elegancia, de esa que se puede demostrar por su imponente imagen.
Quizá al inicio de esta publicación ya tienes una propia conclusión de lo que es el vino. Yo la sigo buscando, porque no me fío de una sola conclusión; porque considero que esta bebida, tan compleja en su forma, siempre dará una nueva sorpresa cada vez que se funde en el paladar.
No obstante, hay ciertas características que hacen de este elixir de la vida algo imposible de olvidar.
La importancia del color. Los hay blancos y tintos, según la calidad de su uva. Un vino siempre podrá ser identificado por su tono. Por otro lado, un vino blanco nace de la fermentación de la uva sin la piel, mientras que los rosados llegan a la vida separando su piel apena comience el proceso de fermentación. Muy por el contrario, un vino tinto se define por la permanencia de la piel de la uva en el mismo líquido mientras pasa por la fermentación.
Un cuerpo especial. Para identificar el cuerpo de esta bebida, es decir, lo denso o ligero que se muestre, solo presta atención a su composición al momento de girar la copa. Se dice que un vino ligero fluirá de una manera más rápida.
Aroma que seduce. Cuando lo sientas, debes identificar que sea entre frutal, floral o un olor a madera. Pon a prueba tu sentido del olfato cada vez que llevar la copa a la nariz, y notarás esta composición.
Sabor en el paladar. Esto se divide entre seco y dulce. Mientras el sabor seco nace de una fermentación completa, el dulce destila su sabor cuando este proceso es interrumpido. El sabor es importante de identificar ya que es el punto de partida para maridaje de vino con exquisitas comidas.
Definición y variedad. Hay hasta tres maneras de nombrar a un vino. Primero, por su tipo varietal: un vino varietal posee una sola cepa de uva. Por ejemplo, Cabernet, Merlot, Sauvignon, entre otras. Además está el año de producción, que se basa es su proceso y añejamiento. Y finalmente, la denominación de origen, que señala cuál es la región geográfica de procedencia de la uva.