En los supermercados los vinos suelen estar mejor de precio, la oferta suele ser bastante amplia y en los más importantes podemos encontrar vinos de gran calidad. Sin embargo, tienen dos problemas principales.
1 – La falta de asesoramiento
Desgraciadamente la mayoría de los supermercados carecen de personal especializado que pueda ayudarte a elegir los vinos. En cualquier caso, la rotación de personal es tan alta que difícilmente pueden llegar a conocer tus gustos. Así es muy poco probable que pueden ayudarte a ir progresando en este camino de ir conociendo el vino que te proponía.
2 – La conservación de los vinos
Este es un problema muy importante. Los supermercados ofrecen precios competitivos, habitualmente, porque compran volumen. Esto les lleva a tener el vino inmovilizado durante periodos más o menos grandes de tiempo en almacenes que no siempre reúnen las condiciones óptimas para la conservación del vino.
En los más económicos, el problema se hace mayor, ya que por tener volúmenes más grandes y precios menores no compensa el hacer grandes inversiones en control ambiental.
Otro apartado a tener en cuenta es que si la botella está en mal estado, en una tienda de confianza te la suelen cambiar. En un supermercado simplemente para convencer a la cajera que el vino no está bien, te puedes pasar un rato muy largo.