Muchas veces hablamos de encontrar una alternativa de producción que sea amigable con el planeta, en tiempos donde el calentamiento global, entre otros factores, generan una alarma constante sobre la preservación de los escenarios naturales.
Desde el recóndito espacio de un viñedo, esto también puede ser viable. Es así como la industria vitivinícola se ha propuesto hacer de sus espacios naturales una fuente que ayude a generar la conservación mediante acciones sostenibles, las mismas que ya comienzan a hacer eco en una sociedad cada vez más responsable con los productos que crecen en la tierra.
El vino, una clásica bebida que por siglos ha sido el protagonista de innumerables festines, tiene un lugar para la producción orgánica. Los vinos orgánicos son ahora una pieza clave en la nueva forma de ver la producción de esta bebida, llena de interesantes características que te detallamos a continuación:
El suelo es el corazón del vino orgánico. Para identificar un vino orgánico es necesario entender cuál es su base. El suelo donde se localiza el viñedo debe ser el apropiado, y tener en su característica una materia orgánica compuesta por iones y minerales esenciales para que la planta de la vid crezca sin la intervención de pesticidas. Esta materia orgánica será clave para aportar los nutrientes que la uva va a necesitar para que crezca saludable. El proceso de brote podrá tardar un poco más que la eficacia de los fertilizantes inorgánicos, pero valdrá la pena si el objetivo es la protección natural del viñedo contra agentes externos.
La viticultura orgánica es una labor más comprometida. A diferencia de la labor del agricultor de vino tradicional, uno que se enfoca en la labor orgánica siempre se encargará de cuidar la salud de la vid, ser el guardián de plagas y darle una alimentación saludable. Esta labor debe ser más dedicada, ya que el ecosistema donde crecen las uvas puede implementar trabajos más dedicados como recoger la fruta a mano, seleccionando los racimos más sanos y maduros.
Reducción de plagas en viñedos. Los viñedos orgánicos protegen de gran manera su biodiversidad. He aquí destacar que no es no es necesario el uso de fumigadores en las plantaciones de uvas, ya que la selecta composición de su tierra la lleva a no padecer de plagas desde la raíz.
Mayor cantidad de nutrientes. A diferencia de un vino convencional, el orgánico es fuente de nutrientes que pueden cuidar la salud. La vitamina C, el hierro, fósforo y magnesio se encuentran en gran manera en su composición. Además, tiene un menor nivel de nitrato que la bebida cosechada de manera tradicional.